Condumios es uno de los secretos mejor guardados de El Retiro. En el número 12 de la calle Juan de Mena encontramos una coqueta taberna que acaba de cumplir su tercer cumpleaños y a la que auguramos mucho futuro. En su interior encontramos un espacio cuidadosamente decorado y una amplia barra en la que poder degustar un vermú o alguno de sus vinos seleccionados cuidadosamente por Sebastián López. Su dueño y alma mater acoge al visitante y se encarga de recomendarle alguno de los manjares que aquí se pueden degustar.
Taberna Condumios tiene una carta diferenciada en dos partes. En la más informal comienza con una interesante propuesta de la mejor selección de chacinas. Un tapeo en la que sobresale además una de sus especialidades: las croquetas caseras. Probamos las de jamón ibérico y las de gambas al ajillo y estaban como a nosotros nos gustan: crujientes por fuera, cremosas por dentro y con mucho sabor. Destacamos que se pueden pedir por unidades al igual que sus deliciosos Pimientos de piquillo rellenos de merluza o su Soldado de Pavía.
Pero Condumios es mucho más que una taberna tradicional. En su carta encontramos sorprendentes propuestas capaces de conquistar a los paladares más exigentes como su original Ensalada de puerros cocidos con codornices escabechadas. Este plato diferente y diferenciador nos enamoró por su fusión de la huerta y la caza perfectamente ligada con una delicada salsa romescu.
Mención especial también para el apartado 'Del corral'. Junto a los tradicionales huevos rotos o la tortilla de patatas nos enamoró su jugoso y sabroso Revuelto de Bacalao, elaborado con huevos camperos. Un plato con el que hacen un guiño a Portugal en una cocina en la que cada plato es capaz de sorprendernos y de mejorar aún al anterior.
Y aunque a priori en una taberna no es habitual encontrar grandes platos principales, Condumios se convierte en la excepción que confirma la regla. El Rodaballo en papillote es una elaboración que nos terminó de conquistar. En su perfecto punto de cocción, el pescado estaba riquísimo y las verduras y finas hierbas que lo acompañaban realzaban si cabe a un más su delicioso sabor a mar.
Y como es cierto eso de que en el recuerdo siempre se queda lo último que pruebas, nosotros que somos golosos comimos dos de sus postres caseros. Si su Tarta de queso de cabra y salsa de naranja estaba buena, su Volcán de chocolate nos dejó sin palabras. Hacía tiempo, pero que mucho tiempo, que no nos deleitábamos con un postre tan bien ejecutado. Lo primero es que fue elaborado al momento, lo segundo su perfecta presentación con frutos rojos y helado y lo tercero el sobresaliente sabor del chocolate negro y amargo de Guayaquil.
En definitiva, que Condumios es mucho más que una taberna. Es un restaurante con mayúsculas en la que utilizando una materia prima de calidad elaboran una cuidada cocina tradicional de inspiración mediterránea. Un lugar que para nosotros se ha convertido en uno de los grandes descubrimientos de la capital y que, a partir de ahora, incluimos en el selecto grupo de los imprescindibles.
Taberna Condumios
Calle Juan de Mena, 12
Precio medio: 30-40 euros
http://condumios.es