La Zalamera promete que en su local comer es lo que era, y es que Manuel, su dueño, tiene claro que su objetivo principal es ofrecer una cocina tradicional con productos de primera y algún toque imaginativo. Ubicado en el número 32 de la Avenida de Reina Victoria, este establecimiento, se distribuye en dos plantas. En la primera, pensada para un picoteo más rápido e informal, los pinchos y tostas son los reyes. Es aquí donde sorprenden al cliente con una tapa genial, las Patatas Zalamera. Se trata de unas patatas fritas de churrería a las que por encima le ponen unas láminas finas de calabacín en vinagre que al morderlas recuerdan y mucho a las típicas patatas con boquerones.
Esa originalidad se traslada más si cabe a la planta de abajo en la que podemos encontrar numerosas propuestas típicas de las tabernas madrileñas, pero siempre con algún contrapunto original. Se trata de un espacio amplio y luminoso creado por el estudio de interiorismo de Declase y en el que materiales inspirados en los mercados de abastos marcan la decoración de un local con mucho encanto.
Ya en la mesa, observamos como tienen una carta extensa con platos tan típicos como las croquetas de jamón, pero también unas sorprendentes y delicadas Croquetas de mejillón. Su textura crujiente por fuera y cremosa por dentro, junto con su intenso sabor a mar las convierten en un delicioso bocado. Y un punto más a favor es que se pueden pedir por unidades.
Con estos calores estivales, siempre apetece tomar una Ensalada. En su carta tienen varias. Nosotros optamos por la de Ventresca con pimientos asados, una propuesta refrescante y ligera en la que apreciamos la apuesta por una materia prima de calidad.
Calidad que observamos y degustamos en su excelente plato de Anchoas de Santoña. Carnosas, tiernas, perfectamente limpias y con un sabor delicioso gracias a la mezcla de aceites de perejil y pimentón dulce con las que las preparan en La Zalamera. Esta generosa ración viene acompañada de pan de cristal y tomate triturado para realzar aún más su sabor.
Pero hablar de un plato imprescindible en su carta, es hablar del Pulpo a la brasa con papas revolconas. Estaba en su perfecto punto de cocción y terminado en una parrilla lo que le da un sabor inconfundible. El toque innovador del cambio de los cachelos por las patatas castellanas nos parece todo un acierto que convierten a este plato en una sorprendente propuesta que no se deben perder si acuden a este local.
En cuanto a los postres, hay que prestar especial atención a sus especialidades caseras. Su Tarta de queso, su Flan de huevo de corral y leche fresca y, especialmente, el Hojaldre relleno de crema pastelera, que es el que nosotros comimos. El hojaldre es ligero y crujiente, la crema estaba deliciosa y el toque de lima limón a esta especia de reinvención del clásico Miguelito de La Roda es refrescante en boca.
En definitiva, para Madrid me enamora, La Zalamera es un lugar ideal en el que comer o cenar compartiendo varios platos. Al menos a nosotros nos encantaron sus propuestas por su calidad, presentación y sabor. Pero, en este restaurante encontramos también una buena selección de carnes y pescados. Nos dice Manuel, su dueño, que destaca su Merluza de pincho al gusto que preparan a la plancha con refrito de ajos, a la romana, a la vasca o a la gallega. Y entre sus carnes sobresale su Carrillera de ibérico guisada al curry. Teniendo en cuenta lo bien elaborados que estaban todos los platos estamos convencidos de que estarán bien ricos, así que os debemos otra visita. :)
¡Ah!Y un último detalle de importancia, tienen dos propuestas de menú para niños que están francamente bien.
La Zalamera
Av. de la Reina Victoria, 32
Telf.: 910 46 25 10
Precio medio: 20-25€
http://lazalamera.es