Restaurantes portugueses hay algunos en Madrid, pero centrados en la cocina de la isla de Madeira solo uno: Madere. Este establecimiento, que abrió sus puertas hace solo unos meses en la calle Cardenal Cisneros ofrece lo mejor de la gastronomía de esta perla del Atlántico. Un lugar único en la capital para que podamos conocer un poco mejor los tesoros que esconden nuestro vecinos lusos.
En su local de dos plantas del barrio de Chamberí, se puede tomar algo informal en su barra de la planta calle o bajar a su comedor para disfrutar de sus elaboraciones de un modo más sosegado. Su decoración en líneas puras y tonos blancos invita junto con la música que suena de fondo (portuguesa por supuesto) a relajarse mientras se prueba alguno de sus pregos (una especie de molletes que se rellenan con jamón ibérico, salmón o incluso nutella), sus empanadillas de camarones o sus especialidades del mar.
De ese maravilloso océano Atlántico que rodea esta isla prodecen sus Lapas Grelhadas. Un manjar típico madeirense que se sirve en la propia sartén donde se cocina y que solo necesita el aderezo de un chorrito de limón. Irresistibles y para repetir.
Todo el que conoce la gastronomía portuguesa alaba sus famosos bacalaos. En Madere cocinan este pescado de varias formas y permiten al comensal probarlas todas. Su Trío de bacalaos está compuesto por el bacalao a brás, un revuelto con huevos de granja y patatas, el bacalao gomes sa, con huevo cocido, cebolla y aceituna negra, y el bacalao con natas, con patatas y un mix de quesos y nata gratinados. Un plato ideal para compartir y en el que cada uno elegirá su estilo de cocinado favorito.
De la tierra probamos su Espetada ternera. Una carne que se cocina al grill en un pincho y se sirve con milho frito y ensalada. También se trata de una especialidad medeirense, que reconocemos que nos encantó.
Llegado el momento del postre no hay dudas. El típico pastel de Belem, que aquí se llama Pastel de nata es la mejor opción. Esta especialidad se lleva elaborando desde hace casi 200 años y se cree que fueron unos monjes católicos los que crearon este dulce antes del siglo XVIII. Aquí lo sirven con un helado de nueces de Macadamia. Un punto final redondo.
Nuestra visita a Madere nos dejó muy buen sabor de boca. Nos pareció un restaurante muy interesante para probar elaboraciones diferentes y acercarnos un poco más a nuestros vecinos del oeste. Un acercamiento que invita a hacer una visita a esta isla a la que se conoce como la perla del Atlántico.
Madere
C/Cardenal Cisneros, 19
Telf.: 697 45 20 49
Precio medio: 35-40 euros
www.maderemadrid.com