top of page

De tapas por Madrid: Historia y tradición en cada bocado

Foto del escritor: MADRID ME ENAMORAMADRID ME ENAMORA

El turismo llega a Madrid atraído por su historia y arquitectura monumental. Pero las tapas, esas pequeñas delicias que acompañan una bebida, son protagonistas del alma cultural madrileña. 


Caminar por las calles de la ciudad es como sumergirse en un mar de aromas tentadores que emergen de tabernas centenarias y modernos bares de diseño. Salir de tapas en Madrid, además de una excelente actividad gastronómica; es una experiencia social profundamente arraigada en la vida cotidiana. 



El origen histórico de las tapas es tan fascinante como incierto


Se dice que Alfonso X “El Sabio” ordenó servir pequeñas porciones de comida junto al vino para evitar sus efectos embriagadores. Una medida que, además de promover el consumo responsable, también fortalecía la economía de las tabernas. 


Otra teoría señala que las tapas nacieron como simples lonchas de jamón o queso que se colocaban sobre las copas de vino para proteger la bebida del polvo o de los insectos, de ahí su nombre: “tapas”.


En cualquier caso, lo que comenzó como un bocado sencillo para acompañar una bebida, se ha convertido en una experiencia gastronómica completa, y tapear ha pasado de ser una simple costumbre a un arte culinario. 


¿Cómo es la experiencia de tapear en Madrid?


La experiencia comienza al entrar en una taberna bulliciosa, donde las voces se entrelazan con el tintineo de los vasos y el aroma de jamón ibérico recién cortado. El ambiente es cálido y acogedor, sin prisas ni protocolos estrictos. En Madrid, tapear es sinónimo de compartir, de reírse a carcajadas y de disfrutar la vida a pequeños bocados.


Cada barrio aporta su personalidad particular. La Latina es quizá el epicentro de esta tradición, con sus calles estrechas y bares centenarios donde la caña (cerveza pequeña) siempre va acompañada de una tapa generosa. Las tapas en Malasaña adquieren un aire más alternativo y moderno. Y en Chueca con su ambiente inclusivo, las tapas tradicionales coexisten con propuestas contemporáneas. 


Tapas clásicas y sus secretos culinarios modernos


Entre las más demandadas, la tortilla española, los calamares a la romana, crujientes y dorados, especialmente apreciados en un bocadillo cerca de la Plaza Mayor. Las croquetas, con su cremoso interior y capa crujiente, y no pueden faltar las patatas bravas, servidas con una salsa picante y adictiva que varía en cada establecimiento.


Detrás de la perfección de muchas de estas tapas se encuentra un gran aliado moderno en la cocina: las freidoras profesional de Maxima. Control preciso de la temperatura, cocción rápida, y un uso optimizado del aceite, para mejorar el sabor y la textura final, y lograr una capa exterior crujiente y un interior suave.


Madrid es un paraíso para los amantes de las tapas, y en cada esquina, taberna o bar, pueden degustar las tapas más deseadas de la ciudad.


Tapas de autor en Madrid. Tradición y fusión internacional


Desde los humildes orígenes de las tapas como simples acompañamientos para el vino, hoy en día están consideradas auténticas obras de arte culinario. Una nueva generación de chefs ha decidido que, sin renunciar a la tradición, pueden explorar nuevas fronteras gastronómicas. 


Se trata de una revolución silenciosa que ha cambiado la manera de entender las tapas, llevándolas de las tabernas clásicas a los restaurantes con estrellas Michelin. Ahora en Madrid las tapas, además de comerse, se experimentan.


 
 

Comments


bottom of page