Auténtica cocina de temporada con una carta que cambia cada día
Platos tradicionales actualizados por Nino Redruello y Patxi Zumárraga
De todos es conocido que en Fismuler preparan la que, a nuestro juicio, es una de las mejores tartas de queso de Madrid. Éste es solo uno de los muchos reclamos de un restaurante que, seis años después de abrir sus puertas, no ha perdido ni un ápice de su creatividad y donde los chefs Nino Redruello y Patxi Zumárraga disfrutan sorprendiendo a sus comensales con unos platos aparentemente sencillos, pero con un gran trabajo detrás. Ubicado en el número 29 de la calle Sagasta, en el barrio de Chamberí, el interiorismo de Fismuler con paredes de yeso, placas de acero, hormigón, mármol sin pulir y maderas de derribo transmite también una sensación de austeridad y sencillez, eso sí muy estudiada, ya que lleva la firma del estudio Arquitectura Invisible junto a la interiorista Alejandra Pombo.
La carta de Fismuler es de esas de cocina de temporada de verdad, ya que cambia a diario, y está elaborada con el mejor producto de mercado. Como excepción algunos platos clásicos y ya fijos que no pueden faltar como la dorada semicurada, almendra y uva; la tortilla de ortiguillas o de bacalao; la corvina parrilla, col, ajada, kimchi casero o el famoso escalope San Román, huevo y tuber melanosporum.
Respeto al producto y mucho mimo en cada elaboración como señas de identidad de un restaurante en el que se disfruta cada plato bocado a bocado. Una oferta amplia y para todos los gustos que se complementa a la perfección con una interesante carta de vinos con algunas referencias poco conocidas.
Los platos en Fismuler están concebidos para ser compartidos y para disfrutar. Algunas combinaciones nos pueden parecer algo disparatadas, pero cada plato está perfectamente estudiado. Un buen ejemplo es la Ensalada de coles, cangrejo real y erizo de mar. ¡Sobresaliente!
Y otras elaboraciones, que nos pueden parecer sencillas, esconden detrás mucha técnica de alta cocina y una materia prima de calidad. Es el caso de sus Guisantes del Maresme, cardo, pencas y judías verdes, todas ellas en su perfecto punto de cocción y magnificamente acompañadas por unos deliciosos torreznos.
Los grandes fondos juegan también un papel fundamental en Fismuler. Su arroz de alcachofas y caracoles a la llama está de muerte lenta y creemos que debería ser uno de los fijos en carta. Una elaboración que a nosotros nos encanta y que nos recuerda mucho a los arroces que hacen en Elche (Alicante) donde es muy típico el arroz con conejo y caracoles.
Para terminar la parte salada, caímos en la inevitable tentación del Escabeche de jabalí y foie gras con verduras de invierno. ¡Un plato de toma pan y moja!. No os podéis ni imaginar que sabor tan maravilloso tenía.
Después de este homenaje para el cuerpo que nos dimos llegamos a uno de los momentos más esperados y deseados. En Fismuler es casi obligatorio pedir su famosa tarta de queso, elaborada con queso fresco, ahumado y azul. Una combinación perfecta de quesos para una tarta que se hace al horno sin dejar que el huevo cuaje del todo para que quede súper cremosa. Pura lujuria para el paladar.
En definitiva, que Fismuler es un sitio que nunca falla y que, incluso, supera las expectativas con las que vayas por altas que estas sean. Un paraíso para todos aquellos a los que les gusta comer bien gracias a una cocina natural y sin corsés de esas que a todos gustan.
Fismuler Calle Sagasta, 29 Tlfno: 918 27 75 81 Precio medio de la carta: 45€ Página wb aquí
Parece un lugar muy especial y todos los platos tienen muy buena pinta. Gracias por la recomendación
Me encanta, este restaurante ya es un clásico y un referente de la capital!
Estoy completamente de acuerdo, Fismuler es un restaurante para volver una y otra vez. A mí me encanta
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Maria Diaz MDcocinaymas
Qué maravilla de platos, tienen que estar exquisitos, mmmmmm, tendremos que ir.
Que buena pinta tiene todo, vaya platos!! Y esa tarta... Hummm!