Llevamos años saliendo a tomar el aperitivo por el Madrid de los Austrias, con especial predilección por la calles Cava Alta y Cava Baja en la que se concentran decenas de tabernas. Lo hacía yo desde pequeño con mis padres y he mantenido esa tradición años después con mi mujer y mis hijas. Creíamos conocer los mejores bares de la zona con sus correspondientes tapas y raciones hasta que hace unos días fuimos a Matritum. ¿Cómo puede ser que no lo hubiéramos conocido antes?
Se trata de una taberna con 21 años de historia y que cuenta con una impresionante bodega con 600 referencias de vino -40 de los cuales los sirven por copas- a la que acompaña a la perfección una apetecible carta en la que siempre manda el producto de mercado. Situado en el número 17 de la calle Cava Alta, a la entrada encontramos la barra y una zona de mesas y sillas altas ideal para el tapeo. Al fondo, un pequeño y coqueto comedor con una decoración clásica llena de detalles como radios antiguas, tinajas convertidas en lámparas o botellas de vino en jarrones. En la planta de abajo, una cueva que hace las veces de bodega y reservado y en la que parece que el tiempo se detiene para el disfrute de sus comensales.
Al frente de este negocio se encuentra Xavier Saludes, un empresario y sumiller enamorado del arte del vino y de la comida casera y tradicional. Nos recibió con un entrante poco conocido llamado Cansalada, un embutido catalán similar a la panceta que se deshace en la boca, y un Paté casero que disfrutamos con un vermú Goyesco, nacido de la manzanilla, de la bodega Delgado Zuleta, la más antigua del marco de Jerez.
La cocina de Matritum es de temporada de verdad. Se adapta a la perfección al producto de mercado y a las distintas épocas del año. Con el motivo de conocer sus nuevas propuestas para la temporada veraniega, acudimos a este local donde probamos un delicioso Gazpacho de cereza con helado de ajoblanco, perfectamente presentado en una copa.
Más tradicionales, pero no por ello menos buenas son sus Croquetas de suquet de carabineros. Crujientes por fuera y casi líquidas por dentro suponen una explosión de sabor en la boca. Un entrante ideal que maridamos con un vino de producción limitada llamado Tosca Cerrada, elaborado con Palomino fino.
El buen tiempo trae consigo la entrada en la carta de otro plato tradicional que en esta casa de comidas lo bordan. Su Ensaladilla Olivier es inimitable. No habrás comido otra igual. ¿Su secreto? Su salsa mayonesa de mejillones en escabeche, aceite de anchoa y miso, que culminan con el toque 'japo' que le dan las huevas de tobiko.
Como os contábamos al comenzar, Matritum es un santuario del vino. Centenares de referencias en las que no faltan grandes vinos franceses y una colección única de Grandes Burdeos de los años 1955 al 1964. En cuanto a los caldos españoles reinan las etiquetas especiales, casi desconocidas. Vinos como Lagar Blanco Fino 7 años, un vino generoso de la DO Montilla-Moriles, que marida a la perfección con estos Boquerones, uno de los platos fuera de carta que ofrecen a sus clientes.
La sucesión de platos de su nueva carta continuó con otro de sus imprescindibles. El Salpicón de bogavante es una delicia para el paladar. Y más aún disfrutándolo con pequeños sorbos del vino Improvisació, de la D.O Penedés , un blanco con crianza muy fresco y salino.
A continuación comimos unas Alcachofas en tempura con huevo de corral. Lo primero mojar la yema con el pan que traen del obrador San Francisco. Después mezclar bien el huevo con las alcachofas y ¡a disfrutar!
Entre los pescados de Matritum, su Bacalao confitado al pil pil sobre una crema de coliflor, nos maravilló. Un pequeño bocado muy jugoso, en su perfecto punto de cocción.
Para terminar la parte salada, degustamos un Pollo picantón con cigalas. Es uno de esos platos que se te quedan en la memoria gustativa. Presentado en su cazuela es una maravilla para los cinco sentidos. ¡Puro sabor!
A estas alturas, os podéis imaginar que apenas teníamos hueco para el postre. La invitación para probar todas estas delicatessen obligó a desabrocharnos un agujero del cinturón para degustar primero su delicado Lemon pie con tartaleta de limón casera ...
... y después su Tigretúm, o lo que es lo mismo, Tigretón estilo Matritum by Marie Patisserie. Qué recuerdos de aquel bollo que cuantos de nosotros hemos comido cuando eramos niños.
En definitiva, que la visita a Matritum es obligada si sales por La Latina. Esta taberna ilustrada, situada en el corazón de La Latina, tiene la peculiaridad de que la comida acompaña al vino. Disfrutar de sus caldos y de su cocina tradicional es una experiencia más que recomendable. Nosotros ya estamos viendo cuando volvemos a hacerles otra visita. Por cierto, al mediodía, de lunes a viernes, disponen de un menú de mercado por 11’95€.
Matritum
Cava Alta, 17
Tel. 91 365 82 37
Precio medio: 30-40 euros.
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